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UN CANDIDATO PARA UN DUELO EN LA IZQUIERDA
Desde que finalizó el último y traumático Comité Federal del PSOE donde Pedro Sánchez dejó de ser el Secretario General para dar paso a una Gestora, a cuyo frente se encuentra Javier Fernández –Presidente Asturiano-, que transite al partido a un escenario más sereno, sólo se ha oído a sus dirigentes que hay que coser, suturar o grapar las heridas internas de la ajada piel del partido. Hacer borrón y cuenta nueva cuanto antes para poner al partido en situación de competir por el poder. Probablemente el PSOE esté pasando la peor situación desde el inicio de su legalización allá por 1977. Podríamos analizar los porqués de esta crisis de partido, que seguramente no sólo sea responsabilidad de su último cabeza de lista electoral, pero yo creo que es más interesante analizar qué liderazgo podría buscar el histórico partido y pudiera no ser tarea fácil.
El futuro líder del partido, cuando se elija en el Congreso Federal al que pondrá fecha el Comité Federal, tendrá muchos retos y muchos de ellos a cortísimo plazo. Es obvio que el primero de ellos es precisamente eso: cerrar las heridas internas provocadas por esta brutal crisis. Por ello es muy importante que la persona que se vaya a hacer cargo del partido tenga que aunar varias cualidades; por un lado deberá ser un líder reconocido en el socialismo nacional. Debe ser una persona lo suficientemente representativa como para integrar a las diferentes facciones que han luchado por el poder y por mantenerlo estos últimos tiempos. No es fácil la tarea ya que a día de hoy parece que los llamados barones y baronesas están “quemados” y todos ellos/as se han posicionado y lo que para una parte del partido puede ser un líder acertado para otras partes podría no serlo y por tanto seguir con las heridas abiertas o sin cerrar en su totalidad. Deberá ser una persona que pueda neutralizar el discurso de la otra izquierda, es decir, de la coalición Unidos Podemos que está aprovechando la crisis interna del PSOE para reivindicarse como la auténtica izquierda y por tanto la verdadera oposición ya que parece ser, a tenor de lo dicho por Fernández, que el PSOE deberá abstenerse en la investidura de Rajoy y eso no va a ser fácil de digerir ni de explicar a su mermado electorado. Ese futuro líder deberá movilizar a su desconcertado electorado al tiempo que deberá, igualmente, recuperar al electorado que de forma nómada transitó a otras opciones políticas en los últimos tiempos. Deberá buscar la conexión con el voto de los menores de 45 años ya que a día de hoy parece que este inmenso segmento poblacional le ha dado la espalda.
Pero volviendo al asunto de quién podría ser ese líder reconocido que pueda volver a llevar al partido a la senda de la victoria o, al menos, de poder competir en las urnas, suena desde la pasada semana el nombre de Ángel Gabilondo, actual líder socialista en la Asamblea de Madrid. Cierto es que es una persona que goza de la simpatía y respeto del partido y de la militancia. Cierto es que es una persona prudente en las formas y en los gestos. Y cierto es que podría ser un neutralizador al discurso academicista (utilizado en muchas ocasiones) de Pablo Iglesias cuando busca la complicidad del voto joven y cualificado. Gabilondo es un líder que de alguna forma está ligado con el socialismo de los años ochenta y noventa y con el actual y eso, sin duda alguna, es un valor añadido para volver a recuperar al votante perdido y desmovilizado. Suena y se oye como la esperanza para muchos socialistas cuando hablas con ellos. Cierto es que es un hombre que presume de su independencia política pero creo que eso es, igualmente, un valor también al igual que podrá ser el primer líder del partido que no sea secretario general. No es tarea fácil pero lo que está claro es que un líder que sume a todo el partido a día de hoy parece ser complicado encontrarlo con carnet.
Rubén Rodríguez
Fundador y miembro del equipo de dirección de www.electocracia.com
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