Por Navarra también pasó el 20D.
La ciudadanía navarra se expresó y tomó posición en torno al próximo Gobierno de España. Y lo hizo masivamente. La participación electoral del 74% supone una de las participaciones más altas de las que se han dado tanto en elecciones generales y forales en Navarra. Por lo tanto, máxima legitimidad social a nuestro sistema político. Poco desencanto ciudadano al ejercicio de la política.
De los resultados podemos colegir, en primer lugar, que Navarra se posicionó mayoritariamente en la izquierda política. Así, más de 150.000 navarros optaron por Podemos, PSN e IU. El espacio del centro derecha (UPN-PP-Ciudadanos) se situó a distancia; ha obtenido 127.000 votos. El tercer espacio, por orden de preferencia, es el nacionalismo vasco de Geroa y Bildu con 65.000 votos.
Cierto es que de lo que se trataba era de configurar el Gobierno de España pero no se puede obviar la influencia política que este resultado tiene para el reciente Gobierno de Navarra. La ciudadanía navarra sigue apostando, como hace nueve meses, por el cambio. Tanto para España como para Navarra. Las opciones que apostaron hace nueve meses por el cambio del Gobierno de Navarra siguen representando una importante mayoría. Hay que recordar que en la investidura de Barkos, los partidos que votaron en contra de la misma fueron UPN y PP. Por lo tanto, la ciudadanía navarra mantiene esa voluntad de relevo político. Quiere gestionar Navarra de forma diferente a la de los últimos veinticinco años. Quiere dar una oportunidad al centro izquierda.
Pero también ha matizado ese cambio. A pesar de ser un contexto de elecciones generales, la importante pérdida de apoyo recibido por Geroa y Bildu nos advierte de que algo no funciona en el actual Gobierno de Navarra. Que Geroa Bai, opción que lidera el gobierno, no haya podido sacar un diputado al Congreso evidencia que algo se ha hecho mal en este tiempo, en términos de legitimidad social, de apoyo. Sincero fue el portavoz Koldo Martínez que lo ha reconocido y ha pedido un tiempo de reflexión.
Así pues, el 20D nos ha dejado algún que otro recado para la política navarra. Por un lado, la ciudadanía sigue apostando por el cambio en Navarra; tal como se pronunció hace unos meses. Siguen reclamando otras políticas públicas; diferentes a las que la derecha ejerció durante veinticinco años. Por otro lado, la ciudadanía navarra le advierte al actual Gobierno que debe girar, matizar, en su política. Que debe buscar mayores anclajes sociales; abrirse a otros espacios.
La semana pasada, en un acto del Colegio de Sociólogos, el Vicepresidente Laparra apostó por un gran pacto político progresista, de largo plazo y profundo contenido, que fuera capaz de moldear el desarrollo social para Navarra. Quizás por ahí van las cosas a tenor de lo expresado por el pueblo navarro.
Félix Taberna
Sociólogo