13J :EL DEBATE DE LOS ADVERSARIOS IRRECONCILIABLES
El único debate entre los candidatos de los principales partidos españoles con la presencia del presidente en funciones y la incertidumbre por el liderazgo de la izquierda.
No hubo sobresalientes en el debate, como prueba del momento y ciclo político en que nos encontramos y del cambio lento pero decidido hacia la profesionalización de la comunicación política, que busca más no perder que ganar.
Como argumenta José Miguel Silva, Socio Fundador de electocracia.com y Director de Análisis de la firma Target Point, por momentos, Rajoy emuló la tribuna del Congreso y sacó lo mejor de su oratoria parlamentaria en el bloque inicial de economía. Todos le atacaban, lo que se preveía, pero el presidente en funciones llevaba el debate bien preparado, y se le vió con solvencia, aunque fue perdiendo fuelle cuando tocó hablar de regeneración y especialmente de corrupción.
Sánchez empezó bien en las formas, con un mejor estilo y centrándose en diferenciarse de Podemos, pero fue perdiendo protagonismo a favor de Rivera y Rajoy.
Rivera empezó flojo, interviniendo poco e interrumpiendo al resto, pero fue ganando terrero desplazando a Podemos a la izquierda y tendiendo la mano a Sánchez y Rajoy con condiciones.
Iglesias dio la sensación de haber levantado el pié del acelerador en esta ocasión.
Economía, empleo y políticas sociales
Rajoy expuso bien la situación actual y lo que se encontró al llegar al Gobierno, estuvo convincente, se preparó bien esta parte del debate exponiendo cifras y datos, y rebatió con acierto los ataques de los adversarios.
Sánchez no supo vender su programa, ni decir cómo cuadrar las cuentas, porque en parte sigue siendo rehén del pasado y la época ZP. Sólo destiló estilo, pero vacío de contenido.
Rivera concretó su programa, más que el resto. Acusó a Rajoy de incumplir su programa y a Iglesias de vender “humo” sacando el fantasma de Grecia y las subidas masivas y encubiertas de impuestos en su ya famoso catálogo “morado”.
Iglesias cargó contra Rajoy pero no detalló de donde sale su presupuesto para llevar a cabo su gran aumento del gasto social.
Reformas institucionales, regeneración y Cataluña
En este bloque Rajoy no aprovechó para explicar qué esta haciendo y que hará, cómo combatir la corrupción, qué instituciones reformar, etc. Eligió no echar más leña al fuego respondiendo a Sánchez, porque bastante tiene en su propio partido, pero se defendió de los ataques de Iglesias.
Sánchez estuvo neutro y comenzó también su declive, a la vez que Rivera aprovechaba la regeneración como el bloque estrella de sus intervenciones, mostrándose muy duro con el PP y la figura de Rajoy, que quedó bastante fuera de juego, pero también con Iglesias y la financiación de Podemos. Iglesias quedó tocado en este asunto y lo acusó desde entonces.
El tema de Cataluña fue aprovechado por Iglesias, que aprovechó para presumir de proyecto político en las Comunidades más nacionalistas, apostando de nuevo por un referéndum. En este asunto Rivera pasó inadvertido por falta de tiempo o por cambio de bloque por parte de los moderadores, algo inconcebible puesto que puede ser uno de los fuertes del líder de la formación naranja.
Política Exterior y pactos
En este punto del debate Rajoy volvió a crecerse, exponiendo ejemplos de su gestión y de los acuerdos internaciones, y Rivera dejó claro su proyecto para convertir España en un país clave en el mundo globalizado.
Sánchez dejó escapar otra ocasión de sobresalir, incluso para poner como ejemplo de política exterior el legado de González en los años 80 y 90, y un Pablo Iglesias ya nervioso porque no le iban bien las cosas apenas habló de su propuesta.
Respecto a los pactos, sólo Rajoy pidió que gobernara la lista más votada e Iglesias dijo que el partido de la izquierda que tuviera más votos debería poder liderar un gobierno, pero Sánchez no aclaró nada este punto y lo eludió. Rivera aprovechó para hacer un llamamiento al voto útil del centro-derecha si hay reformas claras pero con la sombra de la cabeza de Rajoy a cambio.
Minuto de oro
Ninguno brilló en exceso, no hubo ni emoción, y nadie recordará las palabras claves de ese minuto en los 4 candidatos. Especialmente grave en el caso de Sánchez, que era el último y con lo que se jugaba. Rivera puedo ser el más firme y con convicción en estos 60 segundos, pero le faltó épica para trascender y dejar huella.
Probablemente el cansancio tras 2 horas y media, pero también la cobardía de los equipos de asesores, demasiado conservadores en este punto, hizo que esta parte final no sea recordada en el futuro.
Resumen
Mariano Rajoy. De más a menos. Solventó el difícil trámite. Notable bajo (6,8).
Pedro Sánchez. Bastante plano. Sensación de no haber aprovechado el momento. Aprobado (5,5).
Pablo Iglesias. De más a menos. Perfil excesivamente bajo. No igualó las expectativas tras el debate de diciembre. Notable bajo (6,6).
Albert Rivera. De menos a más. Sale crecido y reforzado tras las dificultades del anterior debate. Notable (7,1).
José Miguel Silva Trigo
Socio Fundador de www.electocracia.com y analista electoral de la firma Target Point.
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