NI SUMAN NI RESTAN
Ni suman ni restan. No es una simple cuestión de aritmética, ley electoral o anhelo de algunos. Los votantes no pertenecen a una marca ni a un líder, los hiper liderazgos no son los que ganan elecciones en España porque aquí no hay un solo candidato con esos atributos.
Ni suman ni restan porque tampoco lo hacen las referencias de sus partidos ni su fortaleza de marca, el sistema de partidos ha cambiado y lo que mueve todo son las corrientes de opinión ciudadanas y sus plataformas.
Algunos aún creen que siguen siendo los medios, las grandes empresas o lobbies. España ya no funciona así.
Tampoco va pasar como en Francia cuando ganó Macron, por miedo a un Lepen (que para muchos franceses si representaba la extrema derecha), ni tampoco va pasar como en EEUU cuando ganó Trump y aún el poder económico y los medios pensaban que ganaría Hillary.
Esta obsesión de proteger al líder que tienen los partidos, creándose una burbuja infranqueable rodeada de sus más fieles y leales defensores choca con el exitoso modelo de nuestro actual Presidente Pedro Sánchez, cuyos asesores son capaces de entender los sentimientos y emociones de sus votantes y lo más importante, los de sus adversarios, así que manejan a sus rivales como títeres, marcando la agenda mediática y convirtiendo errores propios de su gestión en la crisis actual del Covid-19 en los de la oposición en una Comunidad Autónoma que a todos nos sonará estos días con las fases de la desescalada.
Los espacios en España están muy bien diferenciados y definidos. En el lado izquierdo el PSOE goza hoy del voto útil por la ausencia de una opción moderada de centro izquierda constitucionalista, con conciencia social hacia las clases desfavorecidas, tan numerosas, y alejada de los postulados errejonistas y de Podemos. Esta opción política no está hoy entre la oferta de partidos y no parece que sea la que desea una gran parte de los votantes de Ciudadanos.
En la derecha el follón es mayor. El desplazamiento del PP al centro y su noviazgo con Ciudadanos, por cierto, les ha durado bien poco desde la foto de PP- CS unidos para País Vasco y ahora las tensiones entre Ayuso y Aguado, deja el espacio más a la derecha libre para Vox, que conquista cada día paso a paso más terreno en ese espacio, y se frota las manos ante ese experimento de sumar que tienen PP y Cs. Nada más lejos de realidad, el problema de PP y Cs no es si suman o restan en algunos territorios, sino que los votantes de los primeros no se parecen a los votantes de los segundos. Son liberales si, y hay coincidencia también de perfil, pero con muchos matices en los valores y principios.
El PP ha tenido y tiene su espacio natural en la derecha democristiana, el centro derecha moderado y de base fundacional conservadora, totalmente alejado del concepto de liberal-progresista, esencia de Ciudadanos, cuyos votantes se definen ante todo como progresistas.
Con un riguroso análisis, los valores defendidos por el partido de Abascal (por cierto una gran parte de sus líderes son ex Pp aunque los medios lo retratan de extrema derecha) han formado parte de las bases morales y doctrinales del PP y de lo que fue en sus años Alianza Popular. La derecha está desdibujada porque la izquierda la ha dividido en dos facciones. La derecha denominada moderada (PP y Cs) a la que tratan de arrastrar a un consenso en el lado de lo que hoy se denomina “progre” y luego la que llaman extrema derecha, VOX (menos de un 10% de sus votantes se autodefine así).
Cada vez que los llaman así, los de Abascal suben y les llueven votos de la clase trabajadora y de las clases medias. Así que la izquierda pasa el agua de vaso a vaso entre los tres partidos a gusto de sus estrategas. Lo tienen que estar pasando bomba.
Lo curioso de esto, es que la operación de fusión «bancaria» en marcha entre PP y Cs no aglutinará voto, porque el voto al partido de Abascal nada tiene que ver con el voto máximo que obtuvo Albert Rivera en Ciudadanos. Vox tiene marca, tiene relato y está actualmente consiguiendo ser la oposición frontal al Gobierno de Coalición, tanto en el Congreso como en los tribunales y esta tendencia no se romperá por más unión o voluntad de sumar que tengas otras formaciones.
Al igual que Podemos no es un partido de extrema izquierda (recuerdo que la mayoría de sus votantes no se definen así), vox tampoco lo es en la extrema derecha. Los líderes son una cosa, sus votantes otra. Los partidos son lo que son sus votantes.
Mientras los de Casado se frotan las manos pensando que la fusión con Cs funcionará como si el banco grande se come al pequeño…. Y los de Ciudadanos, llegado el momento, se frotan las manos pensando que Casado será peor alternativa que Inés.
Nada de esto sucederá, ni lo que piensan los azules ni lo que piensan los naranjas. Los azules, azules son, y los naranjas, son mucho más variopintos, votantes muy exigentes, algunos son muy pomelos, naranjas por fuera y rojos por dentro… pero también hay algunos son papayas, verdes por fuera y naranjas por dentro, de estos ya les quedan pocos porque se marcharon al partido de Abascal.
Pero no habrá un PP + Cs como un España Suma, muchos se habrán han ido ya a Vox. Otros podrían irse a un nuevo partido aún por surgir, con personajes del tipo Toni Roldán, Luis Garicano o Rosa Díez y otros que se podrían sumar.
Recordemos que la última prórroga del Estado de Alarma de Sánchez fue apoyada por Cs, votada en contra por Vox, y con una abstención de PP. No se puede fragmentar más a la derecha. Hay que reconocer el merito de Sánchez. Divide y vencerás.
Ahora, solo dos meses después del noviazgo de PP-CS para País Vasco, con la crisis provocada por el Covid-19, ya se empieza pensar en una 2ª fase de legislatura, incluso apoyada por Cs y PNV, en convivencia con Sánchez y Podemos. Pero también suena una moción de censura presentada por Vox, sino la presenta antes el PP, que permitirá tomar una foto de los apoyos reales a este Gobierno, y en el medio, el rescate de la UE a la Griega, o quizás no tan duro pero traumático igualmente.
La alternativa de Gobierno para la derecha pasa inevitablemente por una refundación de la derecha conservadora, un nuevo centro derecha que aglutina a los votantes de PP y Vox (mucho más parecidos entre ellos) capaz de presentar batalla a un PSOE fortalecido, y Ciudadanos, pues a lo suyo, tiene mucho camino por recorrer, su función es la de ser útiles a izquierda y derecha. No hace falta ser Presidente para Gobernar un país, basta con tener los apoyos suficientes para influir lo suficiente. En eso consiste la política.
Recomiendo a sus señorías, mejores análisis con datos fiables y recientes, menos encuestas de intención de voto caducas, menos decisiones por olfato, y mucha más humildad. Salgan de su burbuja política, la gente los está esperando.
Por último, para los que no comprenden lo que pasa en el lado izquierdo y parte del centro, decirles que se armen de paciencia, hay Gobierno de coalición para rato.
José Manuel San Millán
Fundador de www.electocracia.com y socio director de la consultora TargetPoint